Este Principio consiste en la capacidad del modelo educativo para centrar sus esfuerzos en
los procesos interrelacionados de enseñar y aprender, tomando como punto de partida
las interacciones humanas entre los agentes educativos. Implica asimismo, la articulación
de los elementos del proceso de enseñanza y de aprendizaje con el uso de materiales
didácticos, apoyados por las tecnologías de la información y la comunicación la
interacción comunicativa, los planes y programas de estudio, y el soporte de la
normatividad y administración institucionales.
La interacción constituye uno de los elementos fundamentales que permiten la
construcción del conocimiento, por lo que a través del fortalecimiento de las comunidades
de aprendizaje, y del desarrollo de nuevos ámbitos de intercambio, el modelo promoverá
la creación de espacios de conocimiento compartidos y orientados a la consolidación de
una inteligencia colectiva, capaz de acceder, manejar, evaluar, crear, comunicar, socializar
y publicar el conocimiento. La interactividad por su parte, implica un intercambio de
estudiantes, profesores y contenidos que se apoya en el uso de medios como los
materiales digitales donde están plasmados los contenidos, también los recursos
multimedia y de manera sobresaliente la Internet.